originally published in Neo2 Magazine
TAKK presenta Eat me! su último artefacto hedonista
TAKK crea obras que tienen el poder de cambiar el mood del usuario. Eat me! es el perfecto ejemplo. Al acceder al espacio, tu conducta cambia instintivamente. El ambiente invita a moverse y jugar con la arquitectura y el resto de personas, de una manera impensable en otro entorno.
“Eat me!” es el nombre del pastel que hizo crecer a Alicia tan enormemente, que su cabeza llegó a tocar el techo. Bajo la mirada de TAKK, Eat me! tomó la forma del artefacto que albergó las presentaciones y conferencias del festival de arte urbano Urvanity Art 2021, llevado a cabo en el COAM. Este artefacto de desproporcionadas dimensiones, se articula en tres partes: una grada blanda directamente relacionada con las pantallas de proyección, un gran banco corrido para descansar y conversar en relación directa al jardín del edificio y una cama redonda de 3×3 metros para desconectar sobre la que pende una lámpara de araña.El poder de las obras de TAKK es enorme. Para entenderlo y valorarlo, hay que hacer un ejercicio de abstracción. Imagine el lector que le encargan el proyecto de hacer esta intervención. Imagine, también, las decisiones tan anti-intuitivas y tan poco obvias, que tendría que que ir tomando durante el proceso creativo para llegar hasta el resultado obtenido por los TAKK. Desde la iluminación extrema de color rosa y rojo, la creación de tres ambientes diferenciados con sus tres artefactos independientes, el trabajo de umbrales de intimidad o los materiales escogidos para construir la arquitectura…
Todas estas decisiones, sin embargo, salen de forma natural en los arquitectos Mireia Luzárraga y Alejandro Muiño. Los componentes de TAKK han trabajado esta forma de hacer en infinidad de ocasiones, como nos explicaron anteriormente en Neo2, y la tienen perfectamente interiorizada. Así, son capaces de tomar estas arriesgadas decisiones con total acierto y crear estructuras tan sofisticadas como Eat me!
Eat me! sigue la estela de anteriores trabajos de TAKK. Sus investigaciones se centran en propuestas donde el hedonismo o el tecnomaterialismo son utilizados como armas de producción estéticas y políticas. Eat me! utiliza el color producido mediante fluorescentes y tiras led para bañar de un envolvente degradado de colores al visitante. Este trabajo con la luz es muy audaz. Rosa y rojo se mezclan y difuminan creando reminiscencias uterinas. Además, la disposición de las luminarias comprime y acota el espacio. Se genera un ambiente denso y mullido en el que el visitante se siente protegido y muy a gusto. A su vez, transporta a éste a un estado donde las convenciones, como ha pasado con la luz, pueden ser alteradas. Por otro lado, utilizar pelo y espuma para tapizar la estructura, fomenta los usos inesperados del artefacto, mientras profundiza en el carácter experimental, sello de los proyectos de TAKK.
Sorprende el ambiente que se crea en el interior. Bien nos podría recordar a espacios conocidos relacionados con el ocio como pérgolas, cenadores… Sin embargo, ni la forma ni la materialidad nos remiten a esas construcciones tradicionales, creando, de esta forma, una contradicción muy interesante.
Eat me! mide 20 metros de largo por 7 metros de ancho. Su estructura y revestimiento, siguiendo la política habitual de reutilización del estudio TAKK, o bien proviene de anteriores trabajos (lámpara, transformadores, cadenas, tensores, tiras led) o bien formarán parte de futuros proyectos (grada, espumas, cama redonda). Toda una declaración de intenciones. *original publication here